El Plástico: Evolución hacia el Mueble Moderno

Redacción M&M

Este material está relacionado con nuestra cotidianidad. Lo encontramos, sin percatarnos, en cocinas, baños, prendas de vestir o en juguetes infantiles; no obstante, gracias a la creatividad de grandes diseñadores y al uso de tecnología de punta por parte de la industria, éste se convierte también en muebles duraderos, funcionales y fascinantes.

Las artes se adaptan a los cambios que vive la humanidad, evolucionan con ellos y terminan constituyéndose en fiel reflejo de una época. El diseño mobiliario no es ajeno a esta particularidad; y el desarrollo de los muebles elaborados en plástico, es uno de los mejores ejemplos.

Convertidos ahora en un segmento de la industria, este tipo de muebles nació a finales del siglo XIX junto con el art Nouveau –estilo que rompió con las tendencias estéticas predominantes en la época como el eclecticismo y el historicismo, y que se caracterizó por una marcada influencia de las formas de la naturaleza y la incorporación, para la fabricación de productos, de procesos industriales desarrollados en la Revolución Industrial– en un tiempo en el cual el plástico empezó a utilizarse no sólo como insumo estructural, sino como un tipo de revestimiento para dotar de rigidez y elasticidad a distintos tipos de piezas.

El uso de los polímeros, se consolidó aproximadamente sesenta años después, al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), momento en el cual la sociedad se vio obligada a replantear sus necesidades cotidianas por las consecuencias sociales, políticas y económicas que el hecho dejó; además de que los artistas y fabricantes de productos como los muebles, no disponían entonces, de los medios financieros ni del material necesario para hacer palpables sus ideas.

Después de la guerra, las dificultades para fabricar permanecieron, pues muchos países en el mundo sufrieron carencia de fondos, escasez de materias primas, poca mano de obra e inadecuadas facilidades para la producción; hechos que caracterizaron la posguerra.

Para contrarrestar los malos tiempos, los gobiernos de diferentes países adoptaron medidas con el objetivo de reducir los costos operativos de su industria, mientras que apostaron por el uso de materias primas más económicas y la promoción de procesos industriales más eficientes que contribuyeran a la consolidación del plástico como material constructivo en la fabricación de muebles de calidad, resistentes, durables, y accesibles para una clase social media naciente, ávida por reconstruir su vida.

Ejemplo de ello, fue la prohibición sobre el uso de madera y de acero tubular en la fabricación de muebles (1940) que se instituyó en Inglaterra, medida que fue acompañada por la creación –en 1942– del comité para el Asesoramiento de Creación de Mobiliario Doméstico; dos disposiciones que fueron adoptadas por varios países y que facilitaron el surgimiento, particularmente, de la industria de muebles y objetos decorativos en plástico.

El plástico, rápidamente ganó aceptación por parte de la industria transformadora y del mercado, y se consolidó como una alternativa viable para la producción en serie de piezas de diseño exclusivo, pero accesibles para un amplio rango de la sociedad.

Los Pioneros

Aunque en esta época de posguerra, empresas como la estadounidense Dupont, crearon nuevos materiales como el polietileno, gracias al trabajo del químico Walace Carothers, que favoreció la fabricación de productos con curvas hasta el momento imposibles de crear; el desarrollo del mueble de plástico no hubiera sido posible de no ser por el aporte de los diseñadores que apostaron por el material y su posibilidades, por la consecución de infinidad de formas para la realización y masificación de piezas, muchas de las cuales hoy hacen parte de destacadas colecciones en algunos de los museos de arte más importantes del mundo.

De hecho, los diseñares no sólo sentaron las bases estilísticas de este “nuevo” tipo de muebles, sino que contribuyeron a la generación de nuevos procesos industriales, que aún se aplican.

Charles Eames diseñó La Chaise en 1948 para un Museo de Arte Moderno de Nueva York. Su forma orgánica y voluptuosa está inpirada en Floating Figure, una escultura de Gaston Lachaise. Una innovación sorprendente en el diseño de esta silla radica en su contorno que fue posible gracias a los avances tecnológicos en fibra de vidrio moldeado.

Entre los primeros precursores de la industria del mueble en plástico se encuentran los diseñadores que pertenecieron al Radical Design –movimiento estilístico que se originó en Italia en 1960– como Alessandro Mendini, Andrea Branzi, Paolo Degangello, Raymond Loewy y Roger Tallon; quienes marcaron una ruptura formal con los lineamientos estilísticos del diseño moderno y se inclinaron por propuestas de otros movimientos como las planteadas por el Grupo 9999, Archizoom, el Grupo Strum o el Global Tools, que promovían el diseño como parte del libre desarrollo creativo del individuo, y como una expresión de las necesidades reales de la sociedad en áreas como la política, lo social o lo ambiental; contexto en el cual el plástico tuvo gran acogida.

A estos diseñadores, se sumaron Charles Eames y Eero Saarinen, quienes además de lo estilístico, añadieron a la transformación del plástico, métodos de producción que hicieron parte misma del proceso de diseño. Sus aportes en este sentido, como la incorporación de la resina plástica en la fabricación de sillas, modernizaron la industria; de hecho una de las piezas más destacadas es la Eames Plastic Armchair, de 1948, ganadora del ‘Low Cost Furniture Design’, del Museo de Arte de Nueva York, que fue la primera silla de plástico producida en serie.

A finales de los años 60 y principios de los 70, surgió el Arte Pop, que popularizó el uso de objetos cotidianos –lámparas, escritorios, sillas y escritorios infantiles– pero con diseño estilizado, elaborados en materiales como plástico o cartón.

En esta época se consolidaron los procesos de modelado que, además de reducir los costos de producción, permitieron la elaboración de muebles de formas irreverentes y colores vivos, propios del diseño radical de los años setenta y que finalmente, convirtieron el material en una alternativa para la industria a la hora de materializar lo inimaginable.

Versatilidad a la hora de someterlo a procesos industriales, resistencia al desgaste y a la corrosión, larga vida útil, bajo peso, alta resistencia a los golpes y el uso diario; apariencia suave y luminosa, además de la posibilidad de lograr diferentes colores y transparencias en su apariencia, fueron y han sido sus cualidades y fortalezas principales.

El Innovador Kartell

En 1949, el químico Giulio Castelli fundó Kartell en Milán, Italia, con el objetivo de “alegrar el paisaje domestico”, empresa que se convirtió en una de las principales promotoras del plástico en el mundo de la decoración y el diseño de interiores.

Sus investigaciones –adelantadas en el Labware Division– sobre el material, abrieron la brecha para desarrollar y aplicar procesos de producción innovadores que hoy por hoy permiten a los diseñadores aprovechar la versatilidad del material, especialmente si de Polietileno, polipropileno o poliestireno, se trata. Por eso, se dice que en la industria mobiliaria, cada nueva textura, color o forma que exhibe el plástico es obra de esta compañía; ejemplo de ello es que fue la primera firma de diseño mobiliario en utilizar el policarbonato, en la fabricación y producción de muebles.

En materia de diseño, los buenos resultados de Kartell están fundamentados en las obras de diseñadores de talla mundial como Philippe Starck, Ron Arad, Patricia Urquiola, Vico Magistretti, Antonio Citterio, Ferruccio Laviani, Piero Lissoni, Ronan y Erwan Bouroullec o Mario Bellini; quienes han dado un uso excepcional al material tras la proposición de nuevos procesos para ser implementados en la producción de las piezas, y la aplicación de acabados impactantes –como el satinado y las transparencias– que han llevado sus piezas a hacer parte de las colecciones permanentes  del Museo de Arte Moderno de Nueva York, Estados Unidos, y del Centro Georges Pomidou de París, en Francia.

Una muestra de la evolución del mueble elaborado en plástico, representada en algunas de sus piezas históricas más famosas, es la que M&M exhibe a continuación en una galería en la que el popular material adquiere, gracias al diseño, una dignidad excepcional que lo aleja del plano de mueble cotidiano, “de combate”, y lo lleva a salas de museo.

 Entre técnicas y procesos

En términos generales, el plástico es un material que, mediante sistemas de moldeo –por inyección, compresión, rotación, inflación– o por extrusión de perfiles o hilos, puede cambiar de forma y conservarla de manera permanente. Está elaborado con materiales sintéticos o naturales que pueden moldearse fácilmente y en cuya composición se incluyen derivados de la celulosa, proteínas y resinas.

Entre sus principales propiedades se cuentan elasticidad, flexibilidad, bajo peso y densidad, resistencia, durabilidad e impermeabilidad; además de otras secundarias como la posibilidad de mostrar color y textura agradables. Este se obtiene a través de procesos de polimerización, mediante la aplicación de calor o presión, lo cual lo hace un material fácil de trabajar y moldear.

Los tipos de plástico empleados para la fabricación de muebles, son:

  • Polipropileno: la resistencia y la dureza son sus principales cualidades. Por la facilidad que ofrece en procesos de doblado se usa en la elaboración de bisagras, juguetes, contendores para alimentos o perfiles, láminas y tubos, y su procesamiento se da a través del moldeo por inyección, termoformado, moldeo por soplado, y extrusión.
  • Poliestireno: es el más usado en la elaboración de mobiliario debido a su buena resistencia mecánica y flexibilidad, baja densidad y peso, y por su disposición a recibir color. La industria lo procesa a través de los sistemas de extrusión, termoformado y moldeo por inyección.
  • Policloruro de vinilo: se conoce con las siglas PVC. Por su versatilidad, estabilidad, dureza y resistencia, se utiliza especialmente en la elaboración de tuberías.
  • Acrílico: es el más usado en la elaboración de objetos decorativos debido a sus buenas características mecánicas y que se puede pulir con facilidad. Se emplea como sustituto del vidrio en la elaboración de muebles que así lo requieran, gracias a su resistencia a los golpes.
  • Metacrílato: se obtiene de la polimerización del metacrilato de metilo y su presentación más frecuente en gránulos, que son procesados por inyección o extrusión; o láminas, procesadas por termoformado.
  • Policarbonato: es un grupo de termoplásticos fácil de trabajar, moldear y termoformar. Se destaca por su resistencia, flexibilidad y versatilidad.

Fuentes:

 

Fotografías:

www.plataformaarquitectura.clhttp://arch-cs.cohttp://designandstyle.blogosfere.itwww.connox.comwww.guiadkn.comwww.kartell.itwww.vitra.comwww.moroso.it

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