Costos, servicios e idiosincrasia
Según el diccionario ‘Pequeño Larousse’, Idiosincrasia significa: “temperamento o manera de ser que caracteriza a una persona o a una colectividad. Propio, Peculiar”, entonces idiosincrasia es la manera típica de comportamiento o forma de proceder de un grupo, que lo hace destacable por esa particular forma de proceder.
No sé, si ocurra lo mismo en otros sectores de la economía nacional o sólo en la cadena forestal – madera – mueble, pero en este sector específico se nota a leguas la falta de organización y control en el área de costos, no sólo en las fami-empresas, sino también en las pequeñas, mediana y grandes.
De igual forma es, muy de las empresas de nuestro sector creer que todo lo que fabrican lo hacen bien, de manera inmejorable y con los mejores costos, en otras palabras, nadie podría hacer las cosas mejor, ni más económicas que cada cual en su propia industria. Además, y de manera general tampoco se entiende cómo es posible que la competencia local o internacional tenga productos de mejor calidad a mas bajo costo.
Adicional a lo anterior, cabe destacar el digno manejo al secreto industrial y de diseño, pues es frecuente ser dueño, en silencio, de la verdad en los procesos ser muy celos a la hora de mostrar las fábricas para que nadie observe el estilo “particular” de producción o para evitar que “fusilen” los “nuevos” diseños. Así pues, no existen los colegas, sólo la competencia
Lo anterior es una regla de identidad sectorial y digo regla, porque para que así sea, se requiere de excepciones, las cuales también existen en todos los niveles.
Lo cierto es que con esta semblanza de la idiosincrasia sectorial, ha sido imposible llegar a implementar métodos de trabajo que permitan un mejor manejo del tiempo y de los recursos propios y ajenos, que tengan un fuerte impacto en la reducción costos, me refiero específicamente a la tercerización o out- sourcing.
El proceso de tercerización, que consiste en mandar a hacer a otro lo que uno no puede hacer bien o que otro puede hacer mejor, no ha despegado del todo en nuestro sector y al parecer dista mucho de ser adoptado de forma generalizada, porque si bien es cierto que han sido muchos los intentos por prestar servicios de tercerización, casi la totalidad de ellos han fracasado.
En nuestro sector es posible sub contratar o tercerizar en casi todos los aspectos de la producción como por ejemplo: el secado, corte, pintura, tapizado, canteado, instalación, mantenimiento, contabilidad, diseño, contratación de personal, piezas especiales, etc. Pero cuál es la razón de que no se utilice este servicio si lo que hace es permitir la productividad?
La respuesta está en la idiosincrasia, sobre todo en lo que hace referencia al manejo de costos. Se da por descontado que el tercerizador (que probablemente por estar especializado llevará un mejor sistema costos) hará la operación más cara de lo que se puede hacer al interior de su empresa, que nuca podrá dar el acabado “propio, o que no entregará a tiempo, o en el peor de los casos prefiere no darle el trabajo por que atiende empresas similares (colegas o competencia).
Otro factor determínate en la no utilización de este recurso, es el deficiente sistema de costos de las empresas. No es una opinión mía, es el resultado de varios estudios de competitividad de público conocimiento y confirmado por varios asesores del sector con quienes he hablado y concluyen que la tercerización es viable mientas exista confianza y se involucren los costos intervinientes, es decir, no sólo los que conciernen al producto directamente sino los indirectos, como alquiler de espacio, almacenamiento, energía, manejo de desperdicios, transporte, mano de obra, dotación, capacitación y otros que, aunque no hacen parte del producto, generan costos que hay que considerar.
Desde mi punto de vista, la tercerización es un beneficio mutuo entre las dos partes que intervienen, el que da el trabajo y el que lo realiza. El que da el trabajo se evita la utilización de maquinaria y equipo, mano de obra no calificada, espacio, compra de insumos y en algunos casos materia prima; y paga para que le realicen un trabajo en el cual puede exigir calidad, puntualidad y servicio; el que realiza el trabajo genera mano de obra, invierte en equipos, ofrece las instalaciones y deberá cumplir con las exigencias del cliente.
Es realmente sencillo, funciona y es susceptible de ser perfeccionado, sólo falta que en nuestro sector se genere la confianza y conciencia suficiente para adoptar este, muy actual sistema de trabajo, para alcanzar la tan anhelada productividad y competitividad.
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